Viaje al «Rytherholl», el barco con el que se hundió el cocinero chino

Son muchos los coruñeses que oyeron hablar alguna vez de la boya del Chino. Incluso pueden describir el color verde con el que está pintada la parte flotante de este tren de fondeo, y son bastantes los que lo saben ubicar en la entrada del puerto. Pero no son tantos los que conocen por qué esta boya está fondeada ni por qué se la bautizó con ese nombre.

Ayer, el club de actividades subacuáticas Nauga organizó una inmersión conmemorativa para traer al recuerdo el origen del que hoy es uno de los puntos de la costa local más visitados por los buceadores, rastreadores de tragedias marítimas. El 12 de octubre de 1976, a las nueve y media de la mañana, un mercante de nombre Rytherholl intentaba refugiarse en el puerto de A Coruña.

 

El buque estaba amenazado por un duro temporal de viento y mar, y por el corrimiento de su carga, fosfatos, que le había producido una importante escora. Las unidades de salvamento salieron al auxilio de los tripulantes del Rytherholl. Llegaron a la altura del barco, y no sin dificultades, debido a las inclemencias del tiempo, iniciaron las labores de rescate.

 

La operación de salvamento estaba siendo un éxito. Y casi se culminó con un triunfo total sobre el temporal que arreciaba. Pero no fue posible, ya que el cocinero del Rytherholl, de nacionalidad china, no quiso ser rescatado y prefirió terminar sus días hundiéndose con el buque. La boya baliza ahora al pecio, y se bautizó como del Chino en honor al cocinero.

 

Ayer, un grupo de buceadores, de casi toda España quisieron conmemorar el 35.º aniversario del hundimiento del Rytherholl. Se sumergieron 30 metros, hasta el lecho del buque. Nadaron por entre su ya gastada estructura. Se adentraron en sus entrañas, visitaron sus camarotes, sus bodegas. Y honraron al cocinero chino.

 

Fuente: La Voz de Galicia

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