Andanzas panameñas de Morgan atraen a expertos en arqueología

En 1671, el pirata inglés Henry Morgan atacó Panamá, por entonces la ciudad más rica del imperio español, al frente de miles de hombres y con una flota armada hasta los dientes.

 

Pero si bien Morgan fue un brillante estratega militar, no sabía mucho de navegación, según el profesor de arqueología submarina de la Universidad Estatal de Texas Frederick Hanselmann.

Poco después de que una avanzada de los hombres de Morgan capturase la fortaleza española en la boca del río Chagres, la nave insignia del pirata, la «Satisfaction», encalló en unos arrecifes y se hundió, arrastrando a otros tres barcos.

 

Las naves desaparecieron bajo el agua y no se volvió a tener noticias de ellas hasta el año pasado, en que Hanselman y otros arqueólogos encontraron cañones que pueden haber pertenecido a esa flota.

 

El hallazgo se produjo en el primer estudio arqueológico del área y constituye la primera evidencia directa de la presencia de Morgan y sus hombres allí.

 

Luego del percance, Morgan siguió río arriba a pie y lanzó una incursión devastadora en la ciudad de Panamá.

 

Las armas recuperadas en septiembre están siendo restauradas en Panamá, donde más adelante serán exhibidas en un museo. El equipo anunció el descubrimiento a fines de febrero.

 

Hanselmann dijo que su descubrimiento es importante porque arroja luz sobre un período vibrante de la historia humana, que echa a volar la imaginación de la gente en libros y películas como «Piratas del Caribe», de Disney, pero que no está bien documentado arqueológicamente.

 

«La arqueología tiene que ver con nuestro pasado común», expresó Hanselmann, director de la unidad de arqueología submarina e instructor de buceo del River Systems Institute y el Center for Archaeological Studies.»Esta es una historia mundial».

 

Morgan nació en 1635 y fue el pirata más activo de la década de 1660 y principios de la del 70, indicó Hanselmann.

 

Era un «privateer», un ciudadano común que en tiempos de guerra es autorizado por una nación a atacar puertos y flotas enemigos. Hanselmann dijo que esos arreglos le costaban a Inglaterra menos de lo que hubiese costado construir una armada como la de España.

 

Las andanzas de Morgan fueron de las más lucrativas. «Los ingleses le encargaron a Morgan que atacase y saquease a los enemigos del estado», afirmó Hanselmann, agregando que las tácticas del capitán pirata enfurecieron al gobierno español y atrajeron a numerosos individuos que se sumaron a sus expediciones. «Lo que es un ‘privateer’ para unos es un pirata para otros», señaló Hanselmann. «Era un ladrón».

 

La última incursión grande de Morgan fue el saqueo de Panamá Viejo, donde se estableció originalmente la ciudad de Panamá. En esa época, el istmo que separa los océanos Atlántico y Pacífico era vital para el comercio de plata, oro, gemas, pieles, azúcar y otros productos preciosos, y España no permitía que otros países lo aprovechasen. Inglaterra, cansada de ser excluida, envió a Morgan para que tomase la ciudad.

 

Pese a haber encallado algunas naves en el río Chagres, el 28 de enero de 1671 saqueó Panamá Viejo al frente de 1.400 hombres.

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