La Universidad de Tejas investiga los pecios históricos de la comarca

Especialistas de ese centro colaboran con una empresa en la catalogación de yacimientos.

 

La Universidad de Tejas, pionera en el mundo en la investigación arqueológica subacuática, está colaborando con la empresa Archeonauta en la cartografía y localización de pecios en la Costa da Morte.

Ayer comenzó una nueva campaña -de un mes- de prospecciones y mapeados en los fondos marinos de la zona de Fisterra, encargada, una vez más, por Patrimonio a la compañía especializada Archeonauta, dirigida por Miguel San Claudio. Con ellos colabora, por primera vez, José Luis Casabán, enviado por la universidad norteamericana como apoyo científico.

 

Durante las próximas tres semanas un grupo de submarinistas especializados harán inmersiones en costa fisterrana para seguir con la localización de pecios de valor histórico. En el 2008 los especialistas, empleando un método de georreferenciación, localizaron 472 puntos de interés. Desde entonces comprueban, uno por uno, esos lugares. Uno de cada 20 tiene relevancia histórica, es decir, hay más de 20 naufragios importantes por estudiar.

 

En la zona están localizados más de media docena de galeones de la flota de Martín Padilla, que naufragó en 1596. La inmensa mayoría de ese material sigue en su sitio, en el fondo del mar, a una profundidad en la que resulta accesible a los submarinistas.

Ya se han localizado numerosos cañones, arcabuces, espadas, vajillas de peltre y hasta instrumental sanitario de los médicos de la tripulación en un punto que es uno de los más ricos de Europa debido a que fue durante siglos lugar de paso obligado para todos los buques que salían de Europa hacia otros continentes y que entonces, a diferencia de ahora, solían navegar cerca de las costas.

 

Los trabajos más relevantes en la zona sobre patrimonio sumergido los realizó la Universidad de Zaragoza en los años 80 y, desde entonces, la empresa Archeonauta por encargo de Patrimonio. La primera entidad, con un equipo dirigido por Martín Bueno, localizó los primeros buques de la flota de Padilla encontrando abundante material, como monedas.

 

Parte de ese dinero del siglo XVI fue recuperado y está hoy en el castillo de San Antón, en A Coruña.

 

Desde esa época no se volvieron a extraer elementos significativos -al menos no por las vías legales- de los pecios de la comarca, solo cuando en los trabajos de localización los submarinistas encuentran objetos expuestos al mar y susceptibles de perderse, que son retirados, catalogados y conservados por la Xunta.

 

Nunca hasta el momento una universidad extranjera se había sumado a las exploraciones. Por ahora su participación es de asesoramiento científico. En Tejas poseen los mejores laboratorios de conservación de patrimonio subacuático, además de una larga tradición de investigación en todo el mundo y medios materiales para realizar trabajos.

 

La Xunta aporta 20.000 euros para los trabajos en Fisterra. El material existente en el fondo es más que suficiente para justificar un museo. Además, resulta especialmente valioso para conocer cómo fue la navegación a lo largo de la historia. Por el momento, y mientras no haya más fondos, los tesoros seguirán en su sitio.

 

 De los galeones hasta el siglo XX

 

En los fondos marinos de la Costa da Morte hay abundantes restos de todas las épocas. Tal vez los más interesantes sean los pecios de los más de 20 buques de la flota de Martín Padilla, perdida en 1596, pero hay muchos más, cientos de buques que se han ido al fondo en distintos momentos y que tienen un indudable valor. Desde el «Serpent» en Camariñas hasta buques franceses del XIX muy cerca de las playas o grandes mercantes y barcos de pasajeros británicos de la misma época, como el «Great Liverpool». Hay también mercantes más modernos que pueden verse en inmersiones a no demasiada profundidad en la ría de Corcubión, y grandes buques de guerra como el «Blas de Lezo».

 

Fuente: La Voz de Galicia

 

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