La última incógnita del galeón hundido

Colombia tiene previsto cerrar en las próximas semanas un contrato con un inversor privado para rescatar el galeón español San José. Un año y medio despúes de anunciar su descubrimiento, en diciembre de 2015, el presidente del país, Juan Manuel Santos, aseguró ayer en Cartagena de Indias que cuenta con la propuesta de una empresa para recuperar los restos del pecio, aunque dejó claro que no revelará el nombre de ese socio ni en qué consiste su plan de trabajo hasta firmar el contrato. El próximo 14 de julio se llevará a cabo una audiencia pública con las compañías interesadas. La estadounidense Woods Hole Oceanographic Institution, especializada en la prospección de los fondos marinos, ya estuvo vinculada, en su momento, al hallazgo.

En cualquier caso, el mandatario aseguró en una comparecencia que de momento no se ofrecerán más detalles. “Hay cosas que debido a la reserva solo podremos mencionar cuando se suscriba el contrato”. Por ejemplo, la propuesta, el equipo científico que trabajará en el rescate, el valor de la propuesta de inversión o la remuneración.

El buque, construido en los astilleros de Usurbil (Gipuzkoa) a finales del siglo XVII, fue hundido en aguas del Caribe por la Armada británica en 1708 con un tesoro que cargó en Portobelo (Panamá) y tenía que transportar hasta Cartagena. El San José, con una tripulación de 550 hombres y más de 532.000 pesos en su estiba. A ello se añaden cálculos periódicos, nunca corroborados, de objetos preciosos, casi 200 toneladas de oro, plata y esmeraldas. Precisamente por esta razón, las autoridades colombianas siempre han asegurado que no permitirán que los trabajos de rescate corran a cargo de compañías de cazatesoros. Eso a pesar de que existe una empresa estadounidense, Sea Search Armada, que reclama los derechos sobre el galeón por asegurar que ubicó el lugar exacto del naufragio hace décadas. Hasta ahora no fue posible recuperar los restos del pecio, pero ahora las circunstancias parecen haber cambiado.

“Hoy puedo anunciar a Colombia y al mundo que ya contamos con una propuesta que cumple con los más altos estándares científicos, tecnológicos y financieros requeridos para el conocimiento del patrimonio cultural”, señaló Santos. “Se trata de un inversionista que se acoge a nuestras condiciones, y que nos garantiza un proceso totalmente respetuoso con los valores históricos y patrimoniales del galeón”, dijo.

Ese socio, añadió, “está dispuesto a contratar a los mejores para esta misión, la mejor selección del mundo de arqueólogos submarinos, oceanógrafos, la empresa más reconocida en prospección marina, arquitectos navales y un gran equipo de ingenieros robóticos”.

No obstante, a pesar de alabar las características de esa compañía, el Gobierno no reveló su nombre. Cada vez que se refiere al pecio, Santos lo describe como “patrimonio de todos los colombianos”. El Ejecutivo español, por su parte, reclamó su titularidad, aunque el San José se quede finalmente en el lugar del naufragio.

El objetivo final de la recuperación de los restos del buque —además de su estudio, que según los expertos encierra respuestas sobre la navegación, el comercio de la época y el funcionamiento del modelo colonial— será la exhibición de esas piezas en un museo que Colombia quiere dedicar al San José en Cartagena. Mientras tanto, al misterio que rodea el tesoro hundido se suma otro, relacionado con los inversores privados interesados en este rescate.

El País

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