La Odisea de Agustín

Ayer os traíamos la noticia de un buceador que salió de Muros y pasó más de siete horas en el mar. Este buceador es Agustín Louro Lago, que a día de hoy se recupera favorablemente de su odisea.  Recordemos que inició su inmersión en las inmediaciones del faro de Louro y acabó en el arenal sonense de Queiruga. El motivo de este periplo fue que el cabo de la boya se enredó en unas rocas, esto provocó que tragase gran cantidad de agua y permaneciese en un estado de seminconsciencia durante varias horas. Muy cerca de donde estaba pasó un velero pero nadie vió a Agustín. Cerrada la noche, comenzó a vislumbrar luces en el agua del operativo de rescates. Recuperado en parte y debido a las condiciones metereológicas adversas, era imposible volver al faro de Louro. Se fijó en una luz en la orilla opuesta y nado hacia ella. Conforme avanzaba los calambres, la hipotermia y la fatiga aumentaban, pero sabía que sino luchaba, nadie lo haría por él. Encontrar a un submarinista en el agua por la noche sin más ayuda que un haz de luz, es una misión casi imposible. Llegó al arenal y como pudo se alejó del agua. Avanzó hacia esa luz que le sirvió de guía, era un bar. Lo había logrado, estaba a salvo.

Agustín aún tiene el susto en el cuerpo, en su larga etapa como submarinista no recuerda nada parecido. Da un aviso a todos los submarinistas, hasta el mínimo detalle es importante.

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